Las supermujeres están pagando en soledad emocional su éxito profesional, social y de empoderamiento en todos los ámbitos de la vida.
Hace poco descubrí al reconocido psicólogo y sexólogo Antonio Bolinches. Me parece un ser encantador y muy sabio. Me llamó mucho la atención la tesis que defiende en su libro “El Síndrome de las Supermujeres”. Según su teoría, el síndrome de las supermujeres es la consecuencia del poder que hemos adquirido las mujeres. Nos hemos empoderado tanto que cada vez nos es más difícil encontrar hombres adecuados para nosotras.
El perfil de estas mujeres es de 40 años, atractivas, inteligentes, autorealizadas, tienen estudios universitarios y una buena posición económica y profesional. Y debido a su excelencia, tienen dificultades para encontrar hombres adecuados para ellas. ¡Menuda faena!. Y esto se debe, básicamente, a que estamos en una crisis de desconcierto amoroso total.
Las mujeres estamos decepcionadas porque los hombres están desorientados. Y los hombres están desorientados porque han de asimilar el salto que hemos dado las mujeres en sólo tres generaciones. Hemos pasado del modelo sexista hombre dominante - mujer subordinada, a un modelo igualitario en el que, naturalmente, queremos enriquecernos.
Otra cosa a tener en cuenta es que tenemos distintas expectativas respecto a la pareja. Antonio Bolinches explica que para el hombre, estar cómodo ya es suficiente (¡pero cómo!) y, en cambio, la mujer no sólo necesita comodidad, si no que necesita sentirse viva en la relación. Que la relación nos aporte, nos enriquezca, que la compañía valga la pena.
Otra diferencia de género es que el hombre prefiere ser el admirado que el admirador. Vaya por Dios. Así que necesitamos que los hombres hagan un esfuerzo de autocrítica, pero no te hagas ilusiones, según los expertos, eso tardará dos o tres generaciones. ¡Genial! Sólo nos falta esperar unos cuantos siglos.
Entonces, las mujeres más evolucionadas pagan el precio de su evolución personal en soledad emocional. ¿Por qué?, porque precisamente cuanto más madura y más valores tiene una mujer, naturalmente quiere un hombre de un perfil de reciprocidad. Pero claro, las mujeres hemos subido tanto en la escala de perfeccionamiento, que cada vez tenemos un número menor de hombres para elegir, porque el hombre todavía está desorientado.
El hombre viene de un modelo que le beneficiaba, hombre dominante - mujer subordinada. Esto ha cambiado en sólo 50 años, pero el modelo sexista lleva 100.000 años. Durante 100.000 años la mujer era la cuidadora y el hombre el cazador y el aprovisionador. A día de hoy, por suerte, la gran mayoría de los hombres acepta que la relación debe ser simétrica pero la aceptan racionalmente, culturalmente no están preparados todavía. Podríamos decir en defensa de los hombres, que dejar una situación de privilegio, aunque sea injusta, pues cuesta. El hombre racionalmente entiende que la relación ha de ser simétrica pero por inercia social y comodidad de gestión de la relación, si la mujer acepta todavía ser la administradora del bienestar en el hogar pues el hombre no discute demasiado por fregar los platos.
Por tanto, el hombre que evoluciona y madura tiene más mujeres que se enamoran de él. Y la mujer que evoluciona y madura tiene menos hombres, por dos razones, porque los que le tocarían a ella por reciprocidad de perfil prefieren relaciones más cómodas y por tanto la muestra es menor, y segundo, ellas mismas evidentemente no quieren una relación asimétrica con un hombre al que no encuentren mínimamente admirable.
Así que con este panorama aplastante, ¿qué podemos hacer las mujeres?. Lo mejor para gestionar esta realidad siempre es aceptarla, saber que la muestra de hombres adecuados es poca y priorizar tu proyecto de realización personal e ir tranquila por la vida. De hecho, el ideal que defendía Antoine de Saint-Exupéry del amor, coincide perfectamente con esta actitud de autonomía emocional de las supermujeres autorealizadas. Antoine decía “el amor no es ir uno hacia el otro, sino andar juntos en la misma dirección”. Lo mejor es ir tranquila por la vida, no ser reactiva, no ir castigando a los hombres, aceptar la realidad y utilizar constructivamente tu inteligencia. La inteligencia constructiva es muy importante tanto para el hombre como para la mujer, porque el hombre que hace sentir inferior a las mujeres no enamora y la mujer que hace sentir inferior a los hombres evidentemente tampoco. Las personas maduras gestionan bien sus valores, no los hipertrofian, no acomplejan a los demás, no generan agravios comparativos.
Como conclusión, yo creo que las supermujeres autorealizadas son las que menos han de hacer y a las que mejor les va, porque como tienen autonomía y aceptan desde un punto de vista psicosociológico que hay una muestra pequeña de hombres, se focalizan en su proyecto profesional y de realización personal, y precisamente por no ir buscando, encuentran. Abandona lugares donde no te valoran porque hay muchas personas ahí fuera que te están buscando a ti también. Sigue tu camino y sigue eligiendo tu paz interior y en algún momento esas personas te encontrarán.
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